Nuestra experiencia a lo largo de años contra la Tuberculosis

Nuestros Profesionales Gustavo Casaro y Horacio Mihura, a lo largo de más de 25 años luchando contra la Tuberculosis, nos comparten los resultados de su experiencia con con una de las enfermedades más contagiosas que existen, tanto en los rodeos lecheros como de carne.

Les compartimos este artículo, el cual no pretende aportar conceptos de tipo científico, si no, simplemente abrir el tema para la discusión, ya que existen algunos enunciados de tipo teórico, que no necesariamente coinciden con lo que se ve en la práctica.

Los comentarios que aquí se expresan son exclusivamente producto de esta experiencia y resultado de las observaciones directas a campo. Para darle más relevancia a lo aquí escrito, debemos decir que esta información está basada en el trabajo sobre más de 300.000 vacunos (y contando.), en su mayoría de leche.

Por ultimo debemos decir que, utilizando la metodología aquí expresada, hemos erradicado la TBC de establecimientos que inicialmente tenían porcentajes de entre el 20 y el 50 % de animales reactores positivos.

Gustavo Casaro

Introducción:

La tuberculosis (TBC) es una enfermedad infectocontagiosa de curso crónico que afecta a los bovinos, producida por una bacteria llamada Mycobacterium Bovis, que es miembro del complejo Mycobacterium tuberculosis, que genera pérdidas millonarias en la industria de la leche y en menor proporción en la de la carne. Tiene además un carácter zoonotico, o sea que afecta al ser humano también, siendo de gran importancia para la salud pública. Se caracteriza por el desarrollo de lesiones granulomatosas nodulares, conocidos como tubérculos. Es una enfermedad extremadamente contagiosa que requiere de un bajo número de organismos infectantes para contagiar. Afecta a gran cantidad de especies de sangre caliente y con los limitados métodos de diagnóstico con los que se cuenta, se hace difícil su erradicación. Las principales formas de contagio son, la vía aerógena (aerosoles con Mycobacterium) y digestiva en adultos y vía leche cruda infectada en jóvenes lactantes. Otro punto en contra de su control, es la capacidad potencial de contagiar a animales silvestres de sangre caliente, funcionando estos como reservorios naturales de la enfermedad.

Ya hace años en Argentina se ha implementado el Plan de control y erradicación de la TBC y se están exigiendo los certificados de control de esta enfermedad en tambos y cabañas, esto ha hecho que en los últimos 20 años haya disminuido notablemente la prevalencia de la enfermedad.

Diagnóstico

La prueba elegida principalmente para los tests a campo, es la Prueba Ano-caudal (AC) de hipersensibilidad retardada con PPD Bovina (Derivado Proteico Purificado). Esta consiste en una pequeña inyección de 0.1 cc intradérmica, en el tercio medio cara interna o externa del pliegue Ano-caudal. Pasadas las 72 horas (+/- 12) se hace la lectura y se observa el engrosamiento de la piel en el lugar de la inoculación. De acuerdo al engrosamiento podemos decir que tendremos básicamente 3 resultados, Negativas con nada o muy poca respuesta hasta 3mm, Sospechosas, de 3 a 5 mm y Positivas más de 5 mm.

En el caso de las sospechosas, es necesario realizarles dentro de los 10 días posteriores a la lectura una segunda prueba llamada Doble Comparada (DC), donde se inocula, esta vez en la tabla del cuello, zona de mayor sensibilidad, 0.1 cc de PPD Bovis nuevamente y a unos 10 cm, 0.1 cc de PPD Aviar, esto se hace para diferenciar las reacciones específicas de Mycobacterium Bovis de aquellas inespecíficas de otros Mycobacterium. (Avium, de la Paratuberculosis, por ejemplo, u otros Mycobacterium ambientales). En caso de no poder realizar la DC dentro de los 10 pos lectura, deberá esperarse por lo menos 30 días para poder realizarla.

Las tuberculinas PPD deberán conservarse al abrigo de la luz y a una temperatura de 2ºC a 8ºC, descartando el sobrante que quede en el frasco, sino se va a utilizar en el mismo día.

Es conveniente aplicar la PPD bovina a todos los bovinos mayores de 3 meses de edad en las razas lecheras, ya que la leche es el vehículo ideal como vía de transmisión del bacilo tuberculoso, observándose en éstas categorías de terneros/as una mayor frecuencia de la infección por ingestión de leche que por vía aerógena. Las ubres de vacas positivas a la tuberculina pueden eliminar bacilos en leche sin que exista mastitis tuberculosa. La eliminación por leche es trascendente, siendo el vehículo ideal para la transmisión de los bacilos, ya que éstos se encuentran en emulsión en la grasa y ésta facilita su difusión por el tracto digestivo, cuando los alimentos son digeridos. Por lo tanto la medida de prevención es no dar más de doce horas de calostro y retirar las crías del contacto de su madre, para continuar con la crianza artificial de los terneros/as, utilizando sustitutos lácteos o leche pasteurizada. Dicha medida de manejo, contribuye de manera esencial, a que las futuras vaquillonas de reemplazo, en sus tambos, mantengan una sanidad de base óptima en el inicio de la reposición.

Consideraciones

A través de los años se ha hablado mucho de la utilidad de la prueba AC, tanto de su sensibilidad como así también de su especificidad. A continuación se enumeran algunos puntos que nos hacen pensar, que después de todo, resulta ser una prueba útil y capaz de lograr la erradicación de la TBC en un rodeo infectado, en la medida que se realice en tiempo y forma correctas.

 Nos ha permitido erradicar la enfermedad de rodeos lecheros con valores iniciales del 20% o más.

 Nunca hemos tenido una lectura que no siguiera una lógica, por ejemplo, terneras negativas ingiriendo leche cruda de vacas positivas, o terneras positivas que ingerían leche cruda y a partir del día en que se cambió a sustituto lácteo, no tener más terneras positivas, ni sospechosas.

 Tener un brote nuevo en un determinado rodeo del tambo y no tener ningún reactor en los demás rodeos.

 Realizar la prueba AC en tambos o campos de cría libres, y no tener ningún reactor, ni siquiera sospechoso, a pesar de saber fehacientemente que existe paratuberculosis en el rodeo. (¿reacciones cruzadas …??)

 Sobre este último punto, hemos observado que, en rodeos libres, tanto de leche como de carne, no solo, no tenemos reactores positivos, si no, que NO TENEMOS ANIMALES SOSPECHOSOS, NUNCA ¡. Creemos que existe algún tema de tipo inmunitario (¿?), que hace que la categoría de sospechosas (y posteriormente negativas) aparezca solamente en aquellos rodeos donde hay positivas, probablemente, la presencia de la bacteria en el ambiente `sensibilice` de alguna manera a determinados individuos, sin enfermarlos (¿?) …

 Otro hecho que nos ha llamado la atención, ha sido, que en tambos donde se está trabajando para bajar la prevalencia de la enfermedad y se incorporan vaquillonas compradas de tambos libres, estas son las que más tienden a salir positivas en las pruebas subsiguientes, lo que hace difícil la posibilidad de crecer.

 Por último, hemos escuchado a especialistas en el tema hablar de animales positivos (vacas viejas) que repetidamente resultan negativos a la prueba AC… ¿? Si esto fuera así, NUNCA podríamos haber erradicado la TBC de ningún establecimiento, inclusive de tambos con prevalencias de más del 20%… Casaro & Mihura Servicios Ganaderos Estas observaciones y otras que hemos hecho a través de los años, han resultado en un aumento gradual de la confianza que le tenemos a la Prueba AC.

Estas observaciones y otras que hemos hecho a través de los años, han resultado en un aumento gradual de la confianza que le tenemos a la Prueba AC.

Erradicación

Ahora bien, para poder llegar a erradicar la enfermedad, principalmente de los rodeos lecheros, es IMPRESCINDIBLE seguir algunos lineamientos:

1. Jeringa a utilizar debe ser la correcta (preferentemente Mc Linctok o Súper G) y más importante aún es el tamaño de la aguja (no más de 5 mm). Resulta muy dificultoso inyectar 0.1 cc dentro de la piel, debajo de la cola, en animales que no necesariamente quieren ser inoculados, sobre todo, de algunos no tan mansos y en mangas o bretes de mala calidad. Esto minimiza los errores y favorece la disminución de los falsos negativos. Dicho de otra forma nos ayuda a lograr homogeneidad a pesar de las condiciones, sin sumarle más variantes, que pueden ser evitadas.

2. Los reactivos deben ser de confianza, ya que parte del éxito, por supuesto, depende de la calidad de los antígenos utilizados con sensibilidades y especificidades adecuadas. También debe controlarse la cadena de frio, recordar que se trata de material biológico. Por último, es conveniente la no utilización de sobrantes pasadas las 24 hs de uso.

3. Siempre ante un tambo positivo es imprescindible realizar la prueba AC en las categorías jóvenes, sobre todo si están consumiendo leche cruda del tambo. Carece de sentido seguir haciendo las pruebas en el tambo, si por otro lado seguimos incorporando reposición infectada. Una situación muy común es encontrar tambos con incidencias bajas de 2-3%, con recrías con valores de 30 al 50% o más. Ante estos casos, es imprescindible en forma inmediata cambiar la alimentación de leche cruda a:

A) Leche Pasteurizada. Este método consiste en calentar la leche a temperaturas entre 62 y 64ºC y mantenerla a esta temperatura durante 30 minutos o

B) utilizar sustituto lácteo. Debemos decir que cualquiera de estos dos métodos funciona, pero, también sabemos que la pasteurización, a veces puede fallar por error humano (falta de gas, termómetros que fallan, desidia, etc.) y que, en cambio, el sustituto lácteo resulta infalible.

Por último, para nuestro beneficio, hemos visto que el calostro parece ser una fuente de contagio de POCA relevancia, ya que a pesar de que todas las terneras calostran, en los casos donde se utiliza sustituto lácteo, vemos que rara vez aparecen terneras positivas en las recrías.

4. Ante la presencia de Sospechosos, resulta muy útil, para no descartar animales injustamente, la prueba DC, que se lleva a cabo dentro de los 10 días posteriores a la AC, con 2 inoculaciones, previo rasurado, en la tabla del cuello a unos 10 cm una de la otra con PPD bovis y PPD Aviar. Esto resulta útil y de confianza para discernir entre positivas y aquellas que no lo son. A través de los años hemos ido anotando todas las sospechosas negativas a la DC y viendo como resultaban en pruebas posteriores, notando que NUNCA hemos tenido una vaca que habiendo sido negativa a la DC, fuera positiva o siquiera sospechosa en pruebas subsiguientes.

5. Una vez completadas las pruebas mencionadas, es necesario eliminar del campo en forma inmediata todos aquellos animales positivos, tratando de no demorar su salida. Recordar que estamos ante una enfermedad muy contagiosa y que a su vez se comparte con cualquier animal de sangre caliente, los cuales actúan como reservorios naturales, haciendo complicado la erradicación de la enfermedad.

6. Por último, y dependiendo del porcentaje de prevalencia de la enfermedad, hay que definir los intervalos entre prueba y prueba. Se sugiere que en casos con porcentajes inferiores al 1% sería prudente repetir cada 4 a 6 meses.

Por otro lado si los valores obtenidos superan lo dicho, nuevamente debemos recordar el potencial de diseminación y contagio de la TBC siendo necesario por esto, repetir las pruebas cada 60 a 90 días. Todo lo dicho hasta aquí, son indicaciones dirigidas a rodeos con prevalencias por debajo del 30%. Ahora bien, en aquellos casos por encima de estos valores, las consideraciones son distintas: Primero y principal, para llegar a estas cifras del 30 al 50% o más tenemos 2 opciones,

A) sencillamente no hacer la prueba de diagnóstico o

B) menospreciar la presencia de la enfermedad y pretender que no existe ya que lograr valores de prevalencia como estos, lleva años, y por supuesto el contagio es exponencial. Lo que notamos en estos casos es que el tamaño de las reacciones es mayor, ya que la infección es más vieja.

Existe una relación directa entre el tamaño de la reacción y el tiempo transcurrido desde el contagio, por ej. Contagios “nuevos” reaccionan más o menos del tamaño de una aceituna hasta una nuez, sin embargo, infecciones viejas suelen reaccionar del tamaño de ciruelas o hasta naranjas dependiendo de cuan viejas sean. Hemos visto que en casos de alta prevalencia se tiende a NO rechazar los positivos y a intentar trabajar con un rodeo sucio.

Beneficios y perjuicios de optar por hacer un rodeo sucio:

Beneficio, se resume en uno, no “podar” del aparato productivo un porcentaje importante de vacas.

Perjuicios, son varios:

1. Se mantiene una fuente de contagio dentro del campo

2. Se contagian otras especies de sangre caliente (roedores, comadrejas, peludos, hurones, zorros, etc.) LOS QUE FUNCIONAN COMO RESERVORIOS NATURALES, haciendo cada vez más dificultoso la erradicación de la enfermedad.

3. En la práctica sabemos que la posibilidad de mantener el rodeo sucio TOTALMENTE aislado del limpio, es casi una fantasía.

4. Si a esto le sumamos la implementación de leche pasteurizada en lugar de sustituto lácteo, resulta en la fórmula perfecta para la perpetuación de la enfermedad, ya que, de nuevo, sabemos que, en la práctica, estos sistemas de vez en cuando fallan y vemos camadas enteras de terneras contagiadas por leche mal pasteurizada.

5. El proceso de erradicación de la enfermedad, se hace “eterno”, queriendo decir con esto, que en el mejor de los casos nos llevara, 10-15 años…

Ahora bien, entonces, que hacer en estos casos.

A. Lo ideal, (de ser posible) vender en forma urgente todo animal positivo y comprar la mayor cantidad de vaquillonas posible (sanas) de acuerdo a la situación financiera predominante, sumando a esto el uso inmediato de sustituto lácteo, para evitar nuevos contagios y “apurar” las recrías para aumentar la reposición de animales negativos.

B. De no ser posible “A”, formar un rodeo positivo, con un circuito “TOTALMENTE INDEPENDIENTE” del resto del tambo y controlar que esto se cumpla. Al mismo tiempo comenzar con el sustituto lácteo en la guachera para asegurarnos camadas libres de TBC. Ahora bien, este rodeo POSITIVO, debe desaparecer lo antes posible, en relación a nuestra capacidad de incorporación de vaquillonas sanas, tanto propias como de compra. Primero rechazar dentro del rodeo sucio, todo animal, viejo, rengo, de ubre incompleta, de baja producción, de muchos servicios, etc. Segundo, lo antes posible, dejar de inseminar el rodeo sucio y seguir con el plan de rechazo de “tolerancia cero”. Por supuesto, realizar las pruebas de tuberculina rigurosamente, cada 60 a 90 días. (al rodeo sano)

Si decidimos por la opción “B”, seamos conscientes que la erradicación será larga y trabajosa y finalmente se sumaran una cantidad de rechazos importantes.

Debemos ser conscientes de que, cuanto más tiempo tengamos una fuente de contagio dentro del campo, más vamos a tardar en erradicar la enfermedad ya que a través del tiempo logramos generar reservorios naturales que hacen extremadamente difícil y hasta el extremo de casi imposible, la erradicación total de la TUBERCULOSIS.